Evaluación: Caral VIP Lounge Lima
En el aeropuerto Jorge Chávez sólo hay 1 salón VIP para vuelos nacionales. Se llama Caral y está ubicado entre las puertas 13 y 14 frente a los baños. Está abierto las 24 horas.
Además de los pasajeros de clase ejecutiva y miembros élite de los programas de pasajero frecuente, pueden acceder al salón los que possen las tarjetas Priority Pass y Diners, entre otras. Como recordatorio, aquí les damos el ranking de las tarjetas de crédito en el Perú, con sus respectivos beneficios.
Al acercarme al mostrador, el recepcionista no me dirigió la palabra, tal vez porque estaba muy ocupado con su celular. Sin embargo, me dio la bienvenida al presentar mi tarjeta.
La decoración es muy sencilla, no hay ventanas y la iluminación es bastante triste. No se si les faltó presupuesto, pero los muebles son por lo general incómodos, a pesar de ser de cuero.
El espacio es pequeño y los ambientes se confunden: hay 5 mesas frente a la barra, tan pegadas entre si, que no dejan espacio de circulación. En la barra hay 6 asientos y al fondo hay la sala de TV con muchos sillones individuales, lo que incrementa la oferta de lugares para sentarse.
Además, hay un business center con 3 computadoras y un espacio para niños, tan pequeño como los que lo utilizan.
El área de buffet (si es que la podemos llamar así) es minúscula y no hay casi nada de variedad. En la barra se pueden pedir bebidas de cortesía, inclusive cervezas y vinos nacionales. En lo que es comida, solo hay piqueos, como galletas, aceitunas, embutidos, etc.
Felizmente el wifi funciona muy bien en ambas redes disponibles, y quizás esa sea una de las pocas ventajas de usar el salón.
También cuenta con una pantalla con información de vuelos, y es la única manera de saber si ya están embarcando ya que el personal no te informa los embarques. Tampoco se puede visualizar las puertas de embarque desde el salón.
En cuanto a los baños, hay sólo 1 por género, pero estaban bien limpios.
Resumen
Se dice que cualquier salón VIP es mejor que la sala de embarque. Sin embargo, por más que las expectativas sean bajas para un salón generico (que no pertenece a ninguna aerolínea), Caral decepciona. El salón es apretado y las instalaciones son demasiado sencillas. La decoración deprime y la atención es descuidada. Probablemente es consecuencia de la falta de competencia: el «premiado» aeropuerto más movido del país no tiene ningún otro salón en el sector nacional.
Esta sala VIP ea muy limitada, tanto en alimentos, bebidas como instalaciones. Por las mañanas eata sala está repleta. Hay mucho por mejorar.